SUSURROS EN LO PROFUNDO (Aventura para Agatosh [Sirgal])

Admin Mensajes : 27 Fecha de inscripción : 09/04/2016

Tras una temporada vagando por las tierras de Ímpeltur combatiendo el mal allí donde moraba y criaba, tú Agatosh, decidiste volver a tu ciudad natal. Quizás aunque el mal no descanse nunca, tú sí necesitas hacerlo; o quizás sentiste una pequeña nostalgia de aquel lugar que te vio crecer. Sea como fuere, es medio día cuando entras en las tierras del pueblo.

Cuando aún no has visto la primera vivienda, ese aire tan familiar te envuelve haciéndote sentir que estás en casa, para bien o para mal. Hay tierras cultivadas en la linde del camino de trigo y cebada y más allá de ellas puedes observar grupos de árboles de similar familia y pequeños bosques que trepan las faldas de las montañas del Espolón del mundo. El camino que sigues desde ya muchos kilómetros es el mismo que bordea hacia el sur el sistema montañoso para dirigirse hasta Lyrabar, capital del reino. Sin embargo aquí en esta zona, tu zona, la vida es mucho menos ajetreada.

Laviguer es un pueblo muy vivo y hay quien lo considera una ciudad pequeña. Posee alrededor de mil doscientos habitantes que viven sobretodo de la minería, comerciando con la plata y el oro de sus dos principales minas. No hace mucho, una nueva mina de heliotropo ha reactivado aún más el comercio del pueblo.

Según vas entrando en la zona poblada, sus habitantes se van girando ante tu porte sobre el hipogrifo que te sirve de montura y compañero de viajes, aunque no tardas en percibir que es más él el que atrae las miradas, algo que lejos de molestarte te llena de orgullo. A fin de cuentas, los plebeyos no acostumbran a ver bestias tan magníficas y menos aún domesticadas.

Los niños corretean alrededor tuyo, siguiendo tu camino por las calles de la ciudad. Los pequeños más osados tratan de alcanzar con sus dedos las plumas que zarandea alegremente la bestia en su trotar, echando a correr entre risas nerviosas de miedo y diversión cuando de casualidad las rozan.

Por fin llegas a la plaza central de Laviguer, que es amplia y de forma rectangular, pero sus lados más cortos son semicirculares. Observas el quehacer de la gente, que deambula de acá para allá abstraída en sus asuntos. Ya estás aquí y estás feliz por ello, pero dentro de ti sientes una curiosidad que viene dándote vueltas a la cabeza: ¿cómo estará tu vieja morada? Puede que quieras sacar un rato para echar un vistazo o puede que prefieras dejar eso atrás, a fin de cuentas, el pasado, pasado es…

Plebeyo Mensajes : 13 Fecha de inscripción : 09/04/2016

Agatosh se quedó parado un momento, ensimismado en sus recuerdos. Desde fuera parecía una estatua mirando fijamente hacía una de las calles que se alejaban de la plaza. El viento ondulaba su melena mientras que Serax comenzaba a inquietarse. Un extraño movimiento que demostraba esa inquietud arrancó al paladín de su ensimismamiento. Alargó la mano y acarició el cuello de su fiel compañero y desmontó. Se acercó a su cabeza y le susurró unas pocas palabras. Serax saltó impaciente por las palabras. Agatosh cogió su mochila y equipo que estaban en el Hipogrifo y este salió volando a una velocidad increíble sobresaltando a las personas que allí se encontraban y sacando algún gritito de los niños de su alrededor.

Después de unos segundos comenzó a andar por la calle encaminado a lo que fue hace algunos años su hogar. No paraba de preguntarse si había hecho bien en abandonar aquel pueblo para emprender el difícil camino del paladín. Cabizbajo caminó por las mismas calles empedradas por las que de niño solía correr cuando jugaba a ser niño. Al recordar esos momentos no podía impedir que una pequeña sonrisa se dibujara en su rostro.

No tardó mucho en llegar a su hogar, aunque estaba a las afueras. Una casa en medio de una parcela de terreno con un almacén en la parte de atrás. Se fue hace mucho tiempo y se notaba. La valla estaba rota por muchos sitios. La puerta principal estaba rota y medio descolgada. Las ventanas seguían tapiadas con maderas y el techo tenía agujeros. El almacén estaba medio derruido, imaginaba que ya no estarían ni el horno ni ninguna herramienta que usaban para fundir el metal. La carreta para llevar los materiales tenía muchos daños por el agua. Todo el terreno estaba lleno de malas hierbas excepto los caminos que estaban pisoteados y no crecían más que algunos hierbajos. Al fondo corría un riachuelo que antaño derivaban para conseguir agua para la minería.

Retiró la puerta de la valla que estaba atascada y medio rota y comenzó a caminar hacia la casa, que aunque hace mucho que se fue parecía que alguien había estado viviendo allí… ¿Qué se encontraría?

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Admin Mensajes : 27 Fecha de inscripción : 09/04/2016

Las bisagras de la puerta chirriaron lentamente mientras esta se abría con el leve empujón de la mano de Agatosh. Aún abierta de par en par, le costó dar el paso por debajo del umbral para entrar dentro, como si una barrera de recuerdos no le dejara avanzar.

Sin embargo, una vez dentro, todo fue sólo. Una tras otra, el paladín fue observando cada instancia de la vieja casa. Al principio tan sólo veía polvo, muebles de madera ya podrida, trastos viejos, fragmentos de una vida… Pero a medida que iba reconociendo partes de la morada podía casi verse correteando de niño, jugando, trasteando.

Una golondrina te saca de tu vívido recuerdo. Sobresaltado, observas como revolotea caóticamente por la habitación hasta que enfila un roto en la sucia ventana y sale de allí.

(Realiza una prueba de “Avistar” [1d20])

Plebeyo Mensajes : 13 Fecha de inscripción : 09/04/2016

Hago la tirada de Avistar. Tengo +2 a la tirada por habilidad.

Admin Mensajes : 27 Fecha de inscripción : 09/04/2016

El miembro 'Sirgal' ha efectuado la acción siguiente: Lanzar Dados

'd20' : 7

Admin Mensajes : 27 Fecha de inscripción : 09/04/2016

Acabas de recorrer el resto de la que fue tu casa. Sigue siéndolo, pero está lejos de parecerse a esos recuerdos que hace unos instantes tanto te agradaban.

Una voz suena a la entrada. Parece femenina y madura.

-¿Hola? Esto es una propiedad privada, seas quien seas márchate o llamaré a la guardia –amenaza.

Plebeyo Mensajes : 13 Fecha de inscripción : 09/04/2016

Agatosh se sobresalta al oir la voz y se gira lentamente, soltando su mochila durante el giro. La casa está oscura, las ventanas tapiadas y la única luz que entra es la que está a la espalda de la mujer. Agatosh levanta la mano intentando tapar la luz para poder discernir de quien se trata pero no lo consigue.

- Sé perfectamente que esto es una propiedad privada, de hecho es MI propiedad privada.- dijo el paladín con voz firme. - ¿Quien sois y que hacéis en mi casa? - dijo mientras apoyaba la mano sobre la empuñadura de su espada.

Admin Mensajes : 27 Fecha de inscripción : 09/04/2016

-¿Vuestra propiedad? ¿Cómo podría ser eso? El dueño de la casa murió hace años y su muchacho marchó después del pueblo… ¿Acaso sois vos el joven Agatosh?

Antes de que digáis nada la mujer baja el tocón de madera que trataba de usar como arma aún a pesar de no poder moverlo con facilidad. Con paso firme entra en la casa. El agujero del tejado deja entrar un haz de luz y cuando la mujer pasa por él podéis reconocer su rostro: es la mujer de la casa vecina más cercana.

Su rostro os es más que familiar. Cuando vuestra madre murió esta mujer que ya era entrada en años estuvo muy pendiente de ti y de tu padre, ayudándoos en todo lo que podía. No eres capaz de contar las veces que comiste en su casa, tan sólo sabes que cuando enfermabas ella siempre estaba ahí. Su nombre te sale sólo: Alida.

-Dime que es cierto… Pequeño Agatosh, ¿eres tú? -pregunta mientras mueve la cabeza tratando de buscar la mejor posición para verte bien. -¡Por los Dioses! ¡Claro que eres tú! -junta las manos como si diera gracias. -Pensé que no volverías por aquí chiquillo... ¡Qué alegría verte!

Plebeyo Mensajes : 13 Fecha de inscripción : 09/04/2016

La cara del joven se iluminó al ver a la anciana. Rápidamente salió hacia ella corriendo...

-Nana, eres tu... por el gran dios... si que eres tú- Dijo gritando de alegría y cogiendola dando vueltas.

De pronto se dio cuenta de que no era una jovencita y la soltó con cuidado.

-Perdona... la alegría de verte ha sido demasiado. ¿Que tal estas? ¿Que tal la vida por aquí estos años?

Alida rió a carcajadas... -nunca pensé que volviera a verte, y mucho menos convertido en un paladín. Has aprovechado bien estos años...

-Si, años duros pero creo que elegí el mejor camino de los que se me abrieron..., por cierto...¿Donde está Katia, me gustaría tirarla de las coletas- dijo riendo

El gesto de Alida cambió drasticamente, de repente tanta alegría se tornó en preocupación...

[Post editado para corregir el nombre]

Admin Mensajes : 27 Fecha de inscripción : 09/04/2016

-Oh pequeño… ya sabes cómo fue siempre –comenta con un deje de culpabilidad en la voz. –La avisé de que no fuera, pero decía que era de las pocas personas preparadas para ello.

No sabes bien de qué habla y te impacienta.

-Dime, cuéntame qué ha pasado –la insistes mientras ella no sabe bien por dónde empezar.

-Realmente no lo sé bien. Sólo sé que los mineros de la nueva mina abrieron un túnel que fue a parar a algo que ya estaba ahí desde mucho antes. Cuando bajaron al pueblo, pidieron la ayuda de todo aquel que quisiera bajar a explorar lo que fuera que habían encontrado y ella se ofreció. Me dijo que no me preocupara, que volvería pronto, pero no sé… no tengo un buen presentimiento –toma aire y se apoya en una de las paredes. –Esta misma tarde oí que los mismos mineros que bajaron en busca de exploradores volvían a buscar gente en la plaza, pero no quise acercarme a preguntar, no me atreví. Quizás tú puedas acercarte a ver si saben algo de ella…

Plebeyo Mensajes : 13 Fecha de inscripción : 09/04/2016

Agatosh cambió la expresión de su rostro... soltó a Alida y corrió a por su mochila. Rapidamente cogió todo su equipo y salió corriendo por la puerta. En ese momento se dió la vuelta y miro a la mujer...

-Tranquila, la traeré de vuelta.-dijo mirandola fijamente a los ojos

Acto seguido salió corriendo hacia la plaza del pueblo en busca de los hombres que sabían donde podía estar su amiga de la infacia Katia.

El sonido de la armadura y el equipo golpeando su cuerpo hacía que las personas de alrededor se quedaran mirando asombradas. No tardó en llegar a la plaza

Admin Mensajes : 27 Fecha de inscripción : 09/04/2016

Tras una buena carrera llegas a la plaza. Mientras buscas entre la gente tratas de coger aire y calmar así la fatiga de tus pulmones.

Observas pero no pareces observar a nadie haciendo nada fuera de lo común: simplemente plebeyos de acá para allá, sentados al sol de la tarde de primavera y niños jugando y aprovechando las últimas horas de luz. La gente que buscas ya no está allí…

Plebeyo Mensajes : 13 Fecha de inscripción : 09/04/2016

Agatosh se dirigió a la taberna... allí deben saber algo y si no al menos le dirán donde está la nueva mina para adentrarse en ella, aunque sea el solo y descubrir que ha pasado con su amiga y que mal se oculta en ella.

La taberna ya estaba bien iluminada, aunque aún no había anochecido. Entró en ella y sin dudarlo un momento se dirigió hacia el tabernero.

-Buenas tardes. He oido que han descubierto algo raro en la nueva mina y que un grupo está investigando. Me gustaría unirme a ellos. ¿Conoce usted a alguien que pueda ayudarme?. Necesito bajar a esa mina...

Admin Mensajes : 27 Fecha de inscripción : 09/04/2016

El tabernero, rechoncho y bonachón, con poco pelo en la cabeza te mira mientras llena unas jarras de cerveza de barril.

-Estás de suerte hijo –te dice mientras usando un ademán de su cabeza te indica una mesa con dos hombres sentados a su alrededor. –Esos son los mineros que están buscando gente.

Te giras y los observas: están cabizbajos mientras beben sin cruzar una sola palabra, con la mirada perdida cada uno a un punto diferente.

-Hay cosas que es mejor no molestar joven –te dice el tabernero antes de que te acerques a ellos. –Es sólo un consejo.

Plebeyo Mensajes : 13 Fecha de inscripción : 09/04/2016

-Muchas gracias, dijo Agatosh al amable tabernero.

Rapidamente se acercó a la mesa donde estaban las personas que había señalado.

-Buenas tardes caballeros. Mi nombre es Agatosh y he oido que están buscando gente para ir a inspeccionar la mina. Me gustaría saber todos los detalles y unirme al grupo.

Admin Mensajes : 27 Fecha de inscripción : 09/04/2016

Ahora que los ves de cerca su estampa es aún más triste. Están sumamente delgados y sucios. Su piel es pálida, casi enfermiza y aunque no estás tan cerca, percibes el olor a tierra y polvo en ellos. Tienen el pelo sucio y una expresión deprimente. Visten harapos remendados infinitas veces con retales de otras ropas, creando un colorido caótico y dispar. Cuando les hablas te miran como si no tuvieran ganas de hacerlo.

-Estás seguro ¿muchacho? –dice el más alejado.

-¡Calla! –le ordena el otro. –Sigue bebiendo. Claro que puedes unirte al grupo, cuantos más seáis mejor. Verás –dice mientras agarra su jarra. –Admiramos mucho vuestro valor, es eso a lo que se refería mi amigo. Siéntate, te contaré cómo están las cosas… ya hay demasiadas vidas bajo nuestras conciencias, al menos sabrás a lo que te expones.

Mientras le obedeces y te sientas él aprovecha para beber un largo trago de su cerveza. Eructa y continúa hablando…

-Hace cinco días, en una de las galerías principales, uno de los nuestros picó en una zona y para su sorpresa fue a dar con un túnel ya excavado mucho antes. Con más curiosidad que otra cosa nos adentramos en él todos los que estábamos allí. Entiéndenos, no somos guerreros, pero la mina no está cerca de la ciudad y preferimos echar un vistazo antes de buscar la ayuda de nadie… -bebe de nuevo. -Seguimos el túnel y fuimos a parar a una construcción antigua, un templo. Nosotros no sabíamos a quién estaba dedicado, hasta que Manque empezó a decir que esos símbolos los había visto en un libro antes y no sé qué historias, uno que hablaba sobre los dioses malignos de los Dwergars. Ese idiota nos metió el miedo en el cuerpo a todos y salimos de allí. Ahora pienso que quizás le debamos la vida… Bajamos a la ciudad y buscamos gente dispuesta a entrar ahí abajo y explorar aquella zona, buscar por si hubiera alguna comunidad de esos malditos enanos o al menos que echaran un ojo para ver si aquello era seguro o no. Dos hombres y una mujer se unieron para echar explorarlo. Iba a ser algo rápido, pero por lo visto, encontraron otros túneles que descendían aún más. Acordaron hacer bajadas cada vez más largas, subiendo al principio cada dos horas, luego cada cuatro y así… hasta que la tercera vez que bajaron no volvieron a subir –suspira apenado. –Eso fue hace tres días.

El hombre te mira.

-Es tu decisión bajar, así como tu responsabilidad. Nosotros no nos atrevemos y no sabemos usar armas, pero no queremos que aunque esa gente esté muerta sus cuerpos yazcan en un templo maligno. Ahora nuestra prioridad es encontrarlos y saber qué mal se esconde ahí abajo. Mañana por la mañana a primera hora hemos quedado en la plaza para salir, si quieres venir, allí estaremos.

Plebeyo Mensajes : 13 Fecha de inscripción : 09/04/2016

Agatosh miró fijamente a los hombres y en su mirada se podía ver el enfado por la estupidez de ellos.

- Para la próxima vez pensar en las vidas que se pierden... las familias destrozadas que dejais antes de cometer esas imprudencias. Vosotros lo podeis contar pero otros no han tenido tanta suerte. Mañana intentaremos sacar esos cuerpos de alli y buscar a los supervivientes.

Acto seguido salió de la taberna y volvió a su casa. Ya estaba anocheciendo así que aprovechó una antorcha de la ciudad para encender la suya mientras salia del pueblo y entraba en el terreno de su casa.

Entró en la casa atrancando la puerta por dentro y cogió unas maderas secas que había dentro y encendió el fuego de la chimenea. La luz del fuego iluminó mejor la estancia. Todos los muebles que quedaron en la casa están podridos por la humedad y el desuso. Se quedó mirando el fuego y los recuerdos volvieron. Parece que podía ver la casa en perfectas condiciones, como la recordaba de hacía años. Así se quedó un rato.

Después preparó el lugar para poder dormir, o intentarlo al menos. Dejó a un lado su armadura y armas y la ballesta a su lado. La daga debajo de la almohada para protegerse de los ladrones.

Como pudo se acurrucó e intentó dormir.

La noche pasó lenta, no podía dejar de pensar en Katia y en lo que pudiera estar pasandola.

El paladín se levantó justo antes del alba y como cada mañana pidió a su dios que le diera el poder de curación que tanto sabía que necesitaría en esta dificil misión.

Se preparó el equipo completo y salió hacia la plaza para salir cuanto antes...

Admin Mensajes : 27 Fecha de inscripción : 09/04/2016

Mientras caminas por la calle en la penumbra de la madrugada, observas el cielo. Aunque unas pocas nubes cirrosas reclaman su espacio, está mayormente despejado. Los primeros rayos de sol de la mañana las tiñen de un color naranja fuego, brillante, que contrasta muy mucho con el azul pálido del resto del panorama. Sin embargo a ti, lejos de parecerte algo bonito, lo que te transmite es un extraño sentimiento de inquietud.

Cuando apareces por la bocacalle que desemboca en la plaza, puedes observar a los dos mineros con los que hablaste en la taberna. Junto a ellos hay otro hombre más. Al irte acercando puedes verle bien: parece joven, quizás como tú, moreno y de ojos marrones. Viste un cuero tachonado de color marrón oscuro y unos pantalones de tela verdosos. En su espalda puedes observar un arco largo, de una madera de color pálido y en su cinturón a la derecha una espada corta y en la izquierda una espada larga. Los tres te miran mientras te acercas.

-Buenos días –dice el minero más hablador. –Aún falta gente, así que toca esperar. Yo soy Mandol y mi amigo es Ben –señala al minero más taciturno. –Él es Cart y será nuestro nuevo explorador.

El hombre armado te mira y te tiende la mano.

Plebeyo Mensajes : 13 Fecha de inscripción : 09/04/2016

El paladín estrecha la mano de Cart y le sonríe.

- Buenos días. Me alegro de que un explorador se una al grupo. Nos será mucho más facil rescatar a los extraviados. Mi nombre es Agatosh.

Entonces se gira a Mandol...

- Cuantos faltan por venir? ¿Podéis contarnos algo más de lo que encontrasteis allí y de lo ocurrido?. Cuanta más información tengamos menos dificil nos resultará la busqueda.

Admin Mensajes : 27 Fecha de inscripción : 09/04/2016

Mandol niega con la cabeza.

-No puedo deciros nada –dice. –ya que ninguno de los que estamos aquí bajó cuando se formó la expedición. Los que bajaron a explorar aquello lo hicieron solos y no volvió ninguno. Por ello creemos que será peligroso y hasta que no reunimos un grupo más grande no hemos querido marchar…

Mientras habláis, oyes unos pesados pasos embutidos en el sonido metálico de una armadura. Te giras y observas a un enano que se desplaza a paso ligero hacia vosotros.

-Aquí llega el siguiente –comenta Mandol.

El enano de cabello rojo anaranjado posee una trenzada barba, de cuyo final cuelga un adorno plateado. Entre el bello de su rostro puedes observar una piel ligeramente bronceada y unos ojos azules, unos rasgos muy diferentes a los que acostumbras a ver en los enanos comunes. Tras su fornida espalda asoma un escudo de acero que se balancea a cada paso que da. También puedes vislumbrar dos hachas pequeñas y estilizadas que entiendes son arrojadizas. En su mano derecha lleva un hacha de mango más largo que las comunes, pareciéndote un arma para usarse a dos manos. Bajo el brazo izquierdo lleva un yelmo, complemento final de su armadura de placas y mallas. El pequeño y corpulento individuo sonríe al veros.

-Pensé que no llegaba… a veces me cuesta madrugar –os dice cuando llega hasta vosotros. Se detiene.

-Tranquilo –le contesta Mandol. –No eres el último…

-Entonces hay tiempo para presentaciones –dice jovial. –Soy Dorn Holderloderk, enano escudo de Damara, y seré vuestro muro protector y el castigo de esos malditos duergar…

Plebeyo Mensajes : 13 Fecha de inscripción : 09/04/2016

Una sonrisa aparece en el rostro de Agatosh... este enano con su forma de ser acababa de mitigar la intranquilidad que llevaba atormentadolo durante horas.

- Un placer conocerte Sr. Holderloderk, y un placer aún más grande compartir contigo esta marcha. Será un honor rematar al que dejes pasar - dijo riendo.

-Por cierto, ¿que sabes de los Duergar? -dijo en tono más serio

Admin Mensajes : 27 Fecha de inscripción : 09/04/2016

-Vaya, creo que eres el primer humano que consigue pronunciar el nombre de mi clan a la primera –ríe. –De los duergars hay poco que saber: son aberraciones enanas malignas que una vez fueron enanos escudo, a los que combatimos sin cuartel allá donde moren. Y si es cierto que ese túnel es uno de esos sitios, mi deber es limpiarlo. Aun así sed precavidos, como antiguos enanos escudo son duros y obstinados…

El sol ya ha salido completamente y os estáis impacientando, sin embargo aceptáis esperar unos minutos más al último acompañante. Por suerte, no pasa mucho más tiempo cuando aparece por otra de las calles que van a morir a la plaza mayor de Laviguer.

Un hombre con túnica roja y adornos en dorado se acerca hacia vosotros. Tiene el pelo castaño y los ojos marrones, y una sofisticada perilla. Se va apoyando en un bastón a pesar de su juventud, aunque es claramente mayor que tú. No parece llevar mucho equipo encima, pues tan sólo porta una mochila grande a la espalda y unas bolsitas pequeñas en el cinturón. Con aire autoritario os mira y habla.

-Podemos irnos –dice sin más.

Todos le miráis con poca aprobación, pero él no parece haceros más caso y adopta una postura impaciente.

-Malditos magos… -susurra Dorn.

-Está bien, ya estamos todos –comenta Mandol. –Vamos, nos espera un viaje pesado hasta la mina.

Dorn no se mueve.

-Si va a venir con nosotros que al menos se presente –objeta el enano. –O quizás mi escudo no se ponga delante de él cuando las cosas se compliquen…

El mago lo mira y suspira.

-Soy Fiador –dice. -¿Es suficiente para usted, enano?

El enano se pone en marcha.

-Lo es…

Plebeyo Mensajes : 13 Fecha de inscripción : 09/04/2016

Agatosh sonrió ante la situación... le parecía bastante cómica.

-Bienvenido al grupo, Fiador. Un placer.

Acto seguido siguió al enano en su marcha mirando a los demás haciendoles gestos de avanzar.

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